EL BIENESTAR Y CONFLICTOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA
Una relación de pareja no solo va caracterizarse por un
estado de bienestar ante la ausencia de conflictos en la relación misma.
Debido a que los problemas van a ser inherentes a la
relación durante todo el tiempo de la relación en sí, problemas desde lo
cotidiano dentro del ámbito de la pareja como a situaciones externas.
Los niveles de bienestar en la pareja van a darse en función
del manejo de los conflictos y problemas, en los que se involucran estrategias
de afrontamiento, estilos de comunicación, expresiones de afecto, estructura de
personalidad de la pareja tendiente a un equilibrio de salud mental a nivel
individual, familia externa con un bajo nivel de involucramiento, presupuesto económico
que permita satisfacer necesidades básicas, disfrute de momentos de ocio,
independización emocional y psicológica de la familia de origen, entre otros.
El estado de bienestar en la pareja no solo va a depender de
la intencionalidad de sus integrantes. Lo cual es un elemento importante, sino también
su proceso interacción satisfactorio con el entorno y condiciones inherentes.
Lo cual va a variar por la edad de la pareja como por el tiempo de desarrollo
de la relación por si.
Es muy diferente hablar de bienestar de la pareja de
enamorados adolescentes que están bajo la tutela de los padres y con el soporte
económico de estos a una pareja de mediana edad, independiente y laboralmente activos
que tienen que construir su espacio de pareja en la medida que la relación se
desarrolla por etapas.
Las relaciones de pareja atraviesan por diversos problemas,
entre los problemas que generan una separación se encuentra la de la infidelidad
que puede darse por cualquiera de sus integrantes.
La violencia en la relación de pareja es uno de los
problemas frecuentes, esta mayormente es solo visible en los casos de los
hombres hacia las mujeres en la que se visibiliza por la acción e impacto del
hombre hacia la mujer. Observada desde la asistencia a un hospital o clínica, el
poder judicial entre otros.
Sin embargo, la violencia puede tomar matices en diversos
niveles, que en ocasiones pasa desapercibida en el ámbito de lo domestico,
desde la indiferencia como los silencios intencionales. Que puede llevar a uno
de los miembros a altos niveles de estrés.
Como ejemplo podríamos citar el de una pareja que convive, que
cuando discute y no se reconcilia, al llegar la hora de la cena (siendo la
responsable en aquel dia de la preparación de los alimentos) sale a la calle y
cena fuera de casa intensionalmente, sin considerar llevar a su pareja que se encuentra
en casa. En su discurso ella lo castiga, sin embargo no se percata, del
resentimiento que genera en el otro y que más que el castigo queda perennizada
en la memoria. Encontramos en este caso problemas para el manejo de los
conflictos cotidianos que pueden ser pequeños y se amplifican. El nivel de
bienestar en la pareja disminuye y generan situaciones de estrés y de un ambiente
hostil por ambas partes.
Psicólogo Alvaro Silva
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